viernes, 1 de julio de 2011

HOMENAJE PÓSTUMO, A ROSALIA MENÉNDEZ SUÁREZ

HOMENAJE PÓSTUMO, A ROSALIA MENÉNDEZ SUÁREZ


Me veo impelido, a narrar unos hechos, que sirvan de humilde, pero sincero homenaje, a su viudo, José Fernández Pastor y a sus hijos Maria-Rosa; Maria Gema y Héctor.

Pastor y yó nos conocimos hace más de tres décadas y desde entonces hasta el día de hoy, hemos sido unos buenos, excelentes amigos; que nos hemos querido y comprendido, y añadiré que entre nosotros y nuestras respectivas familias existe cierta similitud.

Pastor y yó somos castellanos y nuestro carácter ha sido serio, y honrado, ambos Funcionarios de la Justicia, nos casamos con dos asturianas, profesoras y este cariño se ha ido trasvasando entre los miembros de nuestra prole.

Voy a describir a la finada Rosa, que era una persona entrañable, tenia un buen carácter, una sonrisa a flor de labios, era correcta, educada, tenía fé, la relación con la iglesia era fluida, impartía catequesis y colaboraba en lo que estuviera a su alcance.

            Físicamente era guapa, atractiva, bien formada, un caminar erguido y elegante, siempre muy limpia, bien peinada y bien vestida. En mi retina ha quedado grabada una de las últimas veces que la vi.

            Era un día de sol, en que yo conduciendo mi coche me llegué al Registro de la Propiedad, como lo hacía y sigo haciendo frecuentemente, en Arzobispo Guisasola, y al apearme del vehículo, me topo con Rosa, nos saludamos, cambiamos impresiones y ella que llevaba el carrito de compras, se dirigió a una frutería que allí había. Iba con gafas ahumadas; como siempre bien peinada y vestida y como siempre alegre y sonriente.

            Pastor y yó nos veíamos con harta frecuencia y recuerdo que los Funcionarios de Justicia Municipal, de los juzgados de Oviedo, Gijón, Aviles, Llanera, etc., nos pusimos en huelga, montamos el cuartel general en Llanera; yo brinde mi piso, mi despacho, mi teléfono y máquina de escribir a los compañeros que desde allí nos coordinábamos telefónicamente, manteníamos reuniones y allí redactábamos los manifiestos para prensa y radio. Un día se nos concedió una tertulia en la televisión, a ella acudió Pastor y algún otro compañero. Pastor quería que fuese yo pero decline en él, por alguna circunstancia concurrente en mi, cual era el cuidar mi piso, pues se llenaba de asambleísta etc.…

            Creo recordar que nuestras reivindicaciones, en lo fundamental fueron aceptadas, lo que nos indujo a pensar que estábamos cargados de razón y cesamos en nuestra huelga.

            Nuestros matrimonios compartían los mismos ideales morales, religioso y político y recuerdo que Pastor y Rosa, acudian a manifestaciones a mítines, concentraciones y a mí que no podría acompañarles, por la larga y penosa enfermedad de Marina, sentía envidia. El cariño entre Rosa y Pastor; se sentía, se palpaba que Rosa y Pastor, se querían, se amaban, se adoraban y a esta afirmación llego a través de las tertulias en la cafetería, entre ellos no había roces, ni suspicacias, y Rosa se sentía orgullosa, ufana al lado de Pastor.

            Recuerdo cuando Rosa visitaba a Marina en la habitación, como la animaba, la sonreía y la confortaba.

            Recuerdo tantas veces de Pastor y Rosa, que frecuentaban Benavente, su tierra, siempre nos traían algunos obsequios, cuando iban a la vendimia, nos regalaban unas bolsas de uvas, hermosas, riquísimas, y nosotros con reprociedad les regalábamos algo.

            Pastor estuvo a mi lado en el homenaje que me hicieron en el restaurante “Royal” en Llanera, cuando me jubilé y recuerdo que al regresar les invite en Posada, en el bar la Paz, a los amigos a champán y les llevé a que viesen el local donde tenia instalado mi despacho de trabajo.

                                        Los tres hijos de este entrañable hogar, terminaron Derecho, Maria-Rosa iba conmigo a Llanera, la llevaba en mi coche a mi despacho. Ella quería y anhelaba, ver casos prácticos, y mis abundantes clientes, diariamente, nos consultaban de todo, casos diversos, curiosos, retorcidos y ella con mucha atención los escuchaba, y tras las preguntas y aclaraciones que yo les formulaba, dado que algunos aldeanos, deben pensar, que uno posee la ciencia infusa, dado que ellos conocen su problema y piensan sin mas que uno ya posee el mismo conocimiento y hay que irles sacando lenta y pacientemente, las circunstancias etc. etc.…

                                        Una vez conocido el problema planteado, comentaba con Maria-Rosa y se daba la solución, que a nuestro saber y entender era la correcta

                                        No quiero alargarme más, pero si quiero terminar haciendo la siguiente reflexión.

                                        Diré que Pastor y sus tres hijos, debéis estar orgullosos, por haber tenido una esposa y madre, tan buena, tan sacrificada, tan cariñosa, repleta de grandes virtudes, que con su talante logró que vuestro hogar fuera un remanso de paz y alegría, y confiad plenamente que ella esta gozando de la plenitud eterna en el cielo, y desde allí, seguirá, queriéndoos y ayudándoos; muchos ánimos y un abrazo entrañable.









Manuel Serrano

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